El Hospital Sociosanitario Francolí (GiPSS) implementa a través de su Plan Estratégico la Atención Centrada en la Persona

Supone un proyecto de mejora de humanización en la atención al usuario del centro sociosanitario tarraconense, añadiendo valor en la práctica clínica del día a día profesional.

A pesar de que todavía es un modelo incipiente, cada vez más nuestros centros sanitarios se alinean a través de sus planes estratégicos en la Atención Integral Centrada en la Persona (AICP). El Hospital sociosanitario Francolí de Tarragona (Gestión y Prestación de Servicios de Salud) trabaja en un modelo de implementación de buenas prácticas que pivota sobre el Plan Estratégico de GiPSS 2017-2018 y más concretamente en la línea del desarrollo de un modelo de atención social y sanitaria orientada a la ciudadanía.

Fieles a la filosofía de la AICP, se fundamenta en un proyecto participativo y multidisciplinario que implica a todos los profesionales de la organización (médicos/as, enfermería, trabajo social, psicólogos/as, auxiliares, administrativos,….) a los que en un inicio se les invitó a participar en una encuesta para definir cual era  el punto de partida y estado de opinión. Los resultados han evidenciado que el 93% de los profesionales están conformes con la misión de GiPSS, ofrecer unos servicios de salud y sociales de calidad excelente a los ciudadanos del territorio del Camp de Tarragona y las Terres  de l’Ebro; el 76% con su visión, como proveedor referente en servicios de salud y social de prestigio dentro de la sociedad y económicamente sostenible; por otro lado los valores más destacados por los mismos profesionales fueron la competencia, profesionalidad, calidad, equidad, resolución y transparencia.

Partiendo de esta premisa, y después de desarrollar un amplio proceso participativo y de debate entre los profesionales, se crearon cuatro equipos de mejora que de buen comienzo ya se incorporaron en el Programa de Acompañamiento del Consorcio de Salud y Social de Cataluña, en el que 27 profesionales analizan 27 buenas prácticas de la AICP, que se agrupan en 5 áreas de mejora dirigidas al perfil del usuario sociosanitario, en general personas con necesidades complejas, mayoritariamente de edad avanzada, en situación de dependencia y que reúnen varios condicionantes, como por ejemplo,  que sufren enfermedades crónicas y tienen unas fuertes necesidades sociales. Las primeras conclusiones revelan que el despliegue del proyecto ha sido percibido positivamente con una elevada implicación y satisfacción entre los profesionales de la institución, que han mostrado una alta sensibilidad por la AICP, además de la flexibilidad necesaria para el cambio de paradigma que implica esta transformación.
El posterior diagnóstico constata que de las 27 buenas prácticas de la atención centrada en la persona propuestas, el 48% están consolidadas en el Hospital Sociosanitario Francolí, son las relacionadas con el ejercicio de los derechos de los usuarios, su cooperación en la autodeterminación de los proyectos de vida, el bienestar  psicoafectivo , la intervención profesional, los sistemas organizativos, y el entorno físico e integración en la comunitat. En el día a día del hospital esto se traduce en acciones concretas que repercuten en la calidad de vida de los usuarios y sus familias, como por ejemplo, el agrupamiento de pacientes según sus características, el respecto a la intimidad en el curso de las actuaciones en el proceso asistencial, la adecuación de la información que reciben de los profesionales para que  los pacientes ejerzan el derecho de decisión respetando los valores y las creencias de cada una de las personas atendidas.

Una de las principales áreas de mejora se materializa mediante el Plan Personalizado de Atención (PPA) que sitúa en el centro de la atención el deseo, preferencias y valores de la persona, haciéndolos compatibles con la dinámica de trabajo de la Organización. Es una herramienta de planificación muy útil que recoge por escrito toda la información y conocimiento relativo al usuario y su entorno y permite efectuar una valoración integral de la persona para desarrollar un plan personalizado de atención que facilitará el ofrecimiento de los recursos del centro para su calidad de vida. Este instrumento busca armonizar la visión del usuario y su familia, si fuera el caso, y la de los profesionales y la organización desde la perspectiva del apoderamiento del paciente; en definitiva, da oportunidades a la persona usuaria para gestionar su vida y la toma de decisiones desde las acciones cotidianas hasta los momentos más trascendentales.

El compromiso actual de la entidad es revisar y generalizar las áreas desarrolladas parcialmente y realizar cambios profundos en la forma de trabajar con las personas en relación con los aspectos todavía no implementados, con propuestas de los mismos profesionales y usuarios. La experiencia vivida en los últimos meses hace patente que los protocolos de atención tradicionales, a menudo formulados desde un enfoque biomédico, resultan insuficientes para avanzar en la aplicación objetiva de la AICP porque conducen a una valoración limitada y parcial que identifica las enfermedades y limitaciones, pero ignora las singularidades, capacidades, prioridades y deseos, que son fundamentales para los pacientes cuando hablamos del día a día en su estancia hospitalaria.

En el actual contexto económico y demográfico, el AICP persigue la consecución de mejoras en todos los ámbitos que puedan repercutir en la calidad vida y el bienestar de las personas desde su autonomía, considerando el respeto absoluto a su dignidad, sus derechos, necesidades, preferencias y valores; reconociendo su singularidad y apoyando su autonomía.

El AICP es un camino de largo recorrido que necesita la implicación, no sólo de los sectores social y sanitario, sino de toda la comunidad y que llegará a su destino a medida que se vayan consolidando las evidencias científicas en su implementación.